BARBASTRO Y SU SOMONTANO, el sereno flujo de un comercio atractivo.
Es un flujo sereno y seductor el de Barbastro y su Somontano cuando recibe en la cara los vientos frescos del Pirineo, ahormados por el tránsito hacia tierras de unas montañas acogedoras. Se acerca la Navidad, trasciende y sin solución de continuidad asoma la Candelera. Y, sin apenas percibir el tránsito del calendario, adoptamos el hábito inverso en el vestir y en el disfrutar. Es la línea de la vida en la que el comercio mece a los clientes para que encuentren el acomodo que corresponde a una relación que viene de años, de décadas, de siglos. Es la ciudad lugar de reunión entre sonrisas, con el terciopelo de los vinos del Somontano, raciales y acogedores. Transcurre la vida entre las piedras que sugieren voces de siempre y el saludable aire que levanta del lecho del Vero.
La tierra marca el carácter de las gentes, que cada mañana ponen en marcha un pie, luego otro, y acuden a sus desempeños entre edificios repletos de historia, entre rincones singulares. Encuentran, en el espejo de la vida, referentes como esos conciudadanos ejemplares que acaban de ser reconocidos. Los veteranos de Calzados Lázaro, Bodegas El Grillo, San Ramón o Aral, que son “Germanas”. O Ecomputer, raíces de Barbastro que rompe fronteras. Y la ilustración de Ibor, finalista de la Librería Cultural.
Animamos nuestros rostros con la decoración invernal con toques navideños y con esa Campaña de Navidad de la Asociación que va a iluminar de alegría estos tiempos de ilusión y buenos deseos. Jornadas en las que las recetas de invierno calientan nuestro ánimo sólo de pensarlas. Cuando las probamos, constatamos que sí, que en cada una de ellas va una parte sustantiva de nuestra personalidad.
Es una época que anima al orgullo. Complacida Petronila, hacia la luz de las candelas, nos agradan las rutas de la Sierra de Guara o de esas bodegas que acogen a los amantes de la bicicleta.
Es el Somontano, es Barbastro, un territorio que piensa en su permanente remozamiento, en acoger como corresponde en una sociedad amante de las tradiciones y a su vez de vanguardia. Laboriosa, trabajadora y saludable sin límites de edad. Seguimos pedaleando. Con el horizonte siempre a la vista. Y, en la base y en el centro, este comercio y este carácter que ha suscitado siempre la admiración desde el exterior y la reafirmación propia. Disfruten. Feliz Barbastro, Feliz Somontano.